Frescura necesaria

Un nuevo paso para el multijugador

oom ha sido una de las sorpresas de este 2016 que encamina su recta final. La campaña nos emocionó y el modo Snapmap ofrecía las herramientas idóneas para que la comunidad dejara rienda suelta a su creatividad. Sin embargo, una de las facetas que más peso le ha dado la compañía durante su campaña publicitaria, el multijugador, dejó un regusto amargo tras largas sesiones de juego. Con el paso de las semanas y tras varias actualizaciones, este modo se encuentra ante uno de sus primeros momentos de máxima relevancia: la llegada del primer contenido descargable de pago.

Unto the Devil aterriza en la experiencia Doom para aportar ese aire de frescura que los modos competitivos necesitan. La comunidad no es que se encuentre en su mejor momento, máxime cuando no ha terminado de cuajar en la escena competitiva, pero la novedad siempre despierta curiosidad. Que sea de pago restringe la accesibilidad de la totalidad de usuarios a los nuevos mapas, pero la compañía ha habilitado un suculento programa con el que paliar la división.

Si te unes a un grupo donde el líder tiene los contenidos, podrás ser apto para disfrutar de los tres nuevos mapas durante toda tu sesión de juego con ellos. Si por el contrario no conoces a nadie que los tenga, podrás hacerte un poco a la idea de qué te encontrarás a través de las siguientes lineas. Más allá del arma y el equipo introducido, el añadido de más peso son los tres mapas multijugador. Ofrenda, Cataclismo y Ritual siguen un estilo similar respecto a los que se encuentran en el juego base, aunque merece la pena echar un vistazo en profundidad.

Cataclismo

Quizás sea en Cataclismo donde más reluce el nuevo equipamiento. En esta instalación de la UAC se ha abierto un portal directo al infierno, y dicho contexto es más que evidente cuando estamos en él. Cada mitad del mapa cuenta con una ambientación distinta y entre sus rincones se encuentran unos portales que llevan directamente al lado opuesto. El más importante se encuentra justo en el centro, donde la mina cinética —nuevo equipo— será crucial para pillar desprevenidos a los incautos enemigos.

Pese a que los tres siguen un diseño bastante vertical, en él no existe un gran juego de alturas respecto a sus compañeros de pack. Debido a su énfasis por los pasillos y recovecos, Cataclismo es un mapa perfecto para modos en donde la única meta consiste en acabar con el mayor número de contrarios. La parte humana, de hecho, tiene esas pequeñas zonas abiertas con grandes pilares que nos recuerdan a algún que otro mapa estándar, como Helix.

Eso sí, el diseño es perfecto para el uso del nuevo demonio —del cual hablaremos más adelante—. Gracias a su velocidad puedes hacer estragos en el equipo rival y salir airoso a través de algún portal. Las sensaciones en él son bastante positivas y favorece mucho el combate cercano.

Ofrenda

Ofrenda es sin alguna duda el mejor mapa que ofrece Unto the Devil. Ambientado en el infierno, sus grandes desniveles y las zonas de caída en la zona exterior provocan que el diseño pueda ser exprimido para aquellos que tengan un mayor dominio del control. Pese a la comentada zona exterior, existe un pequeño lugar de interior donde se suele concentrar la acción. La verticalidad hace que el juego en él sea de lo más divertido, limitando un poco el uso de armas como el lanzacohetes —el cual es frecuente en el resto de mapas—.

Al contrario que Cataclismo, Ofrenda está pensado como un equilibrio para todos los modos; desde objetivos hasta duelos a muerte. En la planta baja se suelen encontrar pequeñas rutas de pasillos cerrados, y una vez en el exterior los pilares son usados como método para tender emboscadas al contrario. Es un mapa muy pero que muy dinámico, dejando pequeños momentos de respiro. Los seguidores de Doom lo pasarán de cine entre sus dominios.

Sin embargo, el nuevo demonio no es realmente útil en el cien por cien de los casos. Al existir zonas amplias, su tamaño desmesurado le convierte en un blanco fácil. El Revenant será el demonio a elegir por la mayoría de los usuarios gracias a su versatilidad con las alturas.

Ritual

Una nave industrial de la UAC permanece impasible ante las arremetidas de la naturaleza. La nieve ha terminado por acudir a su refugio, pero la violencia de los marines mantendrá el ambiente muy caliente. La mayor parte de Ritual se encuentra en campo abierto, uniendo las dos zonas como si de un circulo se tratara, además de un pequeño pasillo en el centro donde la mina cinética causa estragos. Es el más horizontal de los tres, lo que repercute en el arsenal a nuestra disposición. Practicamente cualquier arma es útil en él.

Los modos por territorios son absolutamente demenciales. Debido a las pocas coberturas que existen sientes cómo toda la munición tanto de los compañeros como de los rivales vuelan a tu alrededor. No hay estrategia ni medias tintas: en Ritual el objetivo es sobrevivir cueste lo que cueste. Al menos en Xbox One —versión que hemos utilizado— el framerate se resiente demasiado en la mayoría de partidas. Quizá sea por los efectos de post-procesado que requieren los efectos climatológicos.

Al utilizar el nuevo demonio debes cambiar de mentalidad. Buscar la distancia con el enemigo sólo nos llevará a perder más salud, por lo que la estrategia más inteligente es buscar el cuerpo a cuerpo. Tendrás que rapiñar el mayor número de bajas enemigas con rapidez. Si no lo consigues te espera besar la lona.

Un nuevo arsenal de destrucción

El Cosechador se une al elenco de demonios

Pese al protagonismo de los mapas, no hay que olvidarse del nuevo señor del averno introducido. El cosechador es un alargado demonio que requiere de una gran movilidad para exprimir al máximo sus aptitudes. Su ataque es bien simple: manteniendo pulsado el gatillo de disparo lanzaremos una descarga continua de electricidad que desmembrará al enemigos que se encuentre en nuestra mira. Cada ataque que reduzca la salud del contrario hará aumentar una barra alrededor del objetivo. Una vez llena podremos lanzar una sonda de orbes en área con los abarcar un mayor campo.

Sus 350 puntos de salud se suelen tornar bastante escasos en mapas como cataclismo, pero su alta velocidad de movimiento lo compensa. Quienes disfruten del combate sin pausas agradecerán las virtudes que ofrece el Cosechedor en lo que ha movimiento se refiere. Pero claro, todo tiene su lado malo. Su alta estatura le convierte en un blanco fácil; cualquier arma servirá para darle caza, aunque no es tan sencillo. Mantener las distancias será crucial para sobrevivir.

En adición al demonio, Unto the Devil incorpora una nueva arma: la pistola EMG de la UAC. Pese a que su aspecto puede ayudar a sacar conclusiones precipitadas, es un buen reemplazo como alternativa a la principal. Su disparo normal no tiene la cadencia necesaria para derrotar a un enemigo con solvencia; donde está la verdadera chicha de ella reside en su ataque secundario. Al mantener el gatillo apretado cargaremos instantáneamente la pistola, pasando a disparar balas de mayor daño. Su peso hace que la bala no llegue inmediatamente al contrario, pero el daño lo compensa. Con críticos podemos alcanzar como mínimo 50 puntos de daño. Aunque claro, consume bastante munición.

No hay que olvidar la mina cinética, la cual va a ser la estrella del equipamiento de los jugadores. Al colocarla en el campo de batalla quedará a la espera de que se aproximen enemigos. Una vez el enemigo esté a su alcance, la mina saldrá disparada en la dirección donde detectó al jugador contrario. Durante ese trayecto explotará la primera vez que choque contra algo, ya sea el mapa o el usuario. Su alcance no es que sea el más grande, pero sus daños son devastadores, especialmente contra los demonios.

Buen aporte

Aunque bien escaso

He de ser justo: me lo he pasado bien jugando con el contenido de Unto the Devil, pero no es ninguna revolución. Parte de estas sensaciones encontradas residen en el escaso contenido que añade a la experiencia Doom. Tan sólo tres mapas, un arma y un nuevo equipo no son suficientes si de verdad quieren atraer a algún nuevo jugador —y menos aún los añadidos cosméticos—. Las carencias del multijugador son bien claras y pese a que la compañía se ha puesto manos a la obra para poner fin a esta situación, hasta el momento no ha sido suficiente.

La frescura que trata de aportar es más que patente. La lista de juego exclusiva del DLC está en constante movimiento, pero echo en falta una apuesta más arriesgada por parte de id Software. Unto the Devil no es una gran excusa con la que volver al multijugador de Doom.

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