La muerte vuelve a brillar con luz propia
La horda camina de nuevo
eadlight fue una de las grandes sorpresas de 2012, año en el que fue concebido originalmente en el bazar de Xbox 360 de la mano de Tequila Works. Ahora tenemos la ocasión de disfrutarlo por primera vez en una plataforma de Sony gracias a Deadlight Director’s Cut. Aunque la temática de zombis en un mundo post apocalíptico ya está muy vista, Tequila Works nos propone algo completamente diferente a lo que vemos habitualmente gracias a una aventura en dos dimensiones en la que superar un puzle puede ser tanto o más importante que matar a un muerto viviente. Ha llegado la hora de volver a acompañar a Randall Wayne a lo largo y ancho de una ciudad que se cae a pedazos en la que la horda no siempre será nuestro mayor enemigo.
Personalmente, considero que Deadlight es una pequeña gran obra. Un título que es más fácil comparar con algunas producciones del mundo del cine que con otros videojuegos. Cuando vagamos por los desolados entornos a través de las afueras de Canadá, es bastante probable que pensemos en La Carretera, The Walking Dead o Soy Leyenda, entre otras producciones de renombre. No obstante, también encontramos ciertas similitudes con juegos como The Last of Us o The Evil Within. No es que jugablemente tengan mucho que ver, de hecho son propuestas muy diferentes entre sí, las similitudes vienen cuando el entorno goza de una personalidad tan fuerte que acaba erigiéndose como el coprotagonista de nuestra aventura.
Una de cal y otra de arena
Aunque un juego así no necesitaba ninguna revolución, sí que había ciertos aspectos que debían ser mejorados. Pocos, pero vitales: el sistema de control. Pese a tratarse de una aventura en dos dimensiones, Deadlight no era un juego demasiado ágil ni preciso, y eso es lo primero que ha sido corregido en Deadlight Director’s Cut. Los controles responden mucho mejor que antes, más rápido y preciso, mientras que las nuevas animaciones dan lugar a movimientos mucho más ágiles. Estas mejoras conforman una experiencia mucho más viva y fluida que la que pudimos disfrutar en 2012, aunque el sistema de control sigue arrastrando algunos defectos como la imprecisión a la hora de agarrarnos a un saliente sin coger carrerilla o la dureza del combate cuerpo a cuerpo. Pero aún así, en líneas generales estamos ante un producto mucho más pulido que el original.
En lo que al apartado técnico se refiere, el aspecto gráfico sigue siendo prácticamente el mismo que lucía el juego original. Eso sí, el rendimiento del juego ha sido mejorado gracias a una resolución de 1080p y una tasa de imágenes por segundo que suele mantenerse en torno a 30. En el cómputo global, el juego luce y rinde muy bien, pero no podemos obviar que el framerate llega a resentirse en algunas situaciones de estrés, algo que si bien no llega a ser lo suficientemente molesto como para arruinar nuestra experiencia, sí que resulta imperdonable si tenemos en cuenta el despliegue que hace el juego y las plataformas para las que ha sido concebido. El aumento de resolución se agradece, pero técnicamente no supone ninguna revolución.
Dejando a un lado el plano técnico, vamos a centrarnos en los nuevos añadidos jugables. Todo se resume en el nuevo modo Supervivencia, que nos propone mantener el tipo ante incontables oleadas de muertos vivientes haciendo uso de distintas armas ya conocidas en el juego, como el hacha o la escopeta —entre otras—. Este modo prolonga la experiencia del juego gracias al factor adictivo que supone competir con nuestros amigos a ver quién es capaz de aniquilar a más zombis y así sobrevivir más tiempo con vida. También hay que destacar que los trofeos (originalmente logros en Xbox 360) han sido actualizados, sumando algunos que se aplican a dicho modo. Concluyendo, Deadlight Diretor’s Cut es muy recomendable para todos aquellos que no disfrutaron del juego original. Cuenta con varios aspectos mejorados, aunque otros han caído en el olvido, así como con un nuevo modo de juego. Aunque la versión que he tenido el gusto de disfrutar es la de PlayStation 4, el juego también está disponible tanto para PC como para Xbox One, a un precio más que interesante.
Todo lo bueno sigue ahí
Después de señalar los cambios que nos ofrece Deadlight Director’s Cut con respecto al juego original de 2012, me gustaría recordar un poco qué es Deadlight. La premisa que Tequila Works nos propuso es simple: emprender un viaje, una huida hacia adelante con la intención de encontrar tanto a nuestra esposa como a nuestra hija, que parecen estar a la espera en Punto Seguro. La ciudad se desmorona, los muertos vivientes campan a sus anchas y el entorno acaba siendo uno de nuestros mayores obstáculos a raíz de la destrucción en la que ha desembocado la epidemia. Aunque tenemos armas tan poderosas como un hacha de bomberos o una escopeta, el combate no suele tener mucho protagonismo en Deadlight, siendo mucho más importante el uso que le damos a los muchos elementos con los que interactuamos a través de los diversos escenarios.
Aunque la duración siempre fue su talón de Aquiles, la cantidad de secretos por encontrar en forma de coleccionables repartidos por todo el mundo del juego y la posibilidad de volver a jugar escenas sueltas para buscarlos aportan cierto componente de rejugabilidad, algo que siempre agradecemos los que tenemos obsesión por recolectar el 100% de objetos en cada juego. El viaje de Randall Wayne puede tomarnos en torno a cinco horas durante la primera partida, una cifra que puede verse muy rebajada una vez comprendemos sus mecánicas y nos acostumbramos a superar sus obstáculos. Por todo lo demás, Deadlight Director’s Cut demuestra que el paso de los años no ha afectado en absoluto al juego original. Un juego fresco, adictivo, con una carga narrativa bastante pronunciada y un diseño artístico que conforman, como dije al inicio de este texto, una pequeña gran obra.
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