Fallo de Sistema
Cartas para un jugador solitario
s el futuro. Las megacorporaciones tienen la moneda, lo que les da acceso total a la ciudad. La controlan y moldean a su gusto, transformando sus calles en una parodia de lo que una vez fueron, pervirtiendo a sus habitantes de forma imperceptible. Las ciudades se llenan de edificios monumentales, que desde la distancia recuerdan al famoso monolito de Kubrick. Es hasta irónico. Una partida de cartas seguro que hace la vida más llevadera, ¿verdad?
System Crash es un juego de cartas, pero alejado del carácter competitivo que define al género últimamente. Es de un solo jugador, con un hilo conductor muy definido, pero que tiene todo lo necesario para enganchar. Visualmente es totalmente Cyberpunk, pareciéndose mucho a Shadowrun y NetRunner, pero sin ser tan buen juego de cartas como este último —teniendo en cuenta que es el mejor juego de cartas actual, eso era complicado—. En un primer vistazo, puede parecer que peca de poco profundo; al comienzo solo tenemos un mazo, y no se desbloquean de la forma usual. Tendremos que ir avanzando en la historia y confiar en que las cartas que nos toquen sean buenas. Ahora explicaré esto con más detenimiento, pero antes es importante explicar cómo se juega.
Hay cinco fases distintas; Robo, Recursos, Principal, Combate y Descarte. En cada turno nuevo, robamos una carta, teniendo hasta diez en la mano —con seis en el inicio—. Cuando la fase de Recursos comienza, ganamos un recurso, hasta un máximo de 10. En la fase Principal usamos las cartas, ya sean Agentes —unidades normales—, Modificadores —como armaduras o armas—, Eventos o Apoyos —que modifican el curso de la partida—. Mientras que los Eventos se juegan al momento, los Apoyos duran un determinado número de turnos. Podemos colocar hasta cuatro Agentes en la mesa, que se enfrentarán a los que tengan enfrente, o directamente a los puntos del enemigo. A su vez, cada Agente puede tener seis Modificadores, tres buenos y tres malos. Podemos colocar hasta tres Apoyos en la mesa. Por último, se pueden jugar todos los eventos que se quieran mientras haya suficientes recursos.
El objetivo del juego es llegar a cincuenta puntos, ya sea a base de ataques de nuestros Agentes, o con Apoyos que nos den puntos por turno, y al mismo tiempo defendernos de los ataques de nuestros enemigos. Aquí es donde entra la variedad de mazos, que nos hará jugar de una forma o de otra. Hay cinco tipos distintos; los anarquistas, la yakuza, el matrix, la policía y los robots. Cada uno de ellos se juega de forma distinta; por ejemplo, los anarquistas se basan en atacar lo más rápido posible, con «prisa» —atacando en el mismo turno que se despliegan— y con objetos que potencian su ataque. La policía se nutre de sus compañeros, ganando armadura y daño por cada uno que saquemos. Y así con todos; muchos de los mazos funcionan bien contra otros, y será nuestra misión descubrir cuál es el correcto en cada una de las ocasiones. Lamentablemente, alguno de los mazos están por encima de otros, y a veces ganar es simplemente cuestión de suerte; que al enemigo no le toquen las cartas que necesita.
El problema aparece al intentar formar esos nuevos mazos. No se puede comprar cartas que aún no se hayan desbloqueado, y desbloquearlas es totalmente aleatorio. Muchas de las cartas son muy caras, y no merece la pena comprar la mayoría de ellas. Esto puede hacer que te atasques en un mazo para siempre, sin tener suficientes cartas de otro para poder hacer un cambio que sea lo suficientemente significativo. De todas formas, los mazos heterogéneos funcionan bien la mayoría de las veces, incluso mejor que algunos de los mazos monotemáticos. Para probar los mazos hay una serie de torneos, que iremos desbloqueando al jugar. Otro aspecto negativo es la poca cantidad de cartas que hay; suficientes para el modo historia, pero no para profundizar más.
La historia narra la vida de un runner en San Ángeles, una ciudad futurista, donde haremos misiones a cambio de créditos. Después de un inicio tranquilo, que presenta las características del título, nos veremos inmiscuidos en una conspiración que alcanzará a las más altas esferas del gobierno, y nuestra vida peligrará a partir de ese momento. Todo lo resolveremos con una partida de cartas, como si de Yu-Gi-Oh se tratara. Aunque en este caso se supone que emula la realidad, mientras que en aquella serie, de verdad se usaban las cartas para llegar a acuerdos, o para resolver disputas. Ciertamente extraño. El caso es que la historia es interesante, y la curva de dificultad está bien planteada.
Para que un juego de cartas tenga éxito, es fundamental una buena variedad de imágenes que acompañen a la jugabilidad. Si no entra por los ojos, algo se está haciendo mal. System Crash tiene una buena variedad de dibujos, que a pesar de ser de diferentes autores, son bastante homogéneos y funcionan bastante bien. Sin embargo los efectos no dan la talla, y la banda sonora es bastante olvidable. Se centraron en hacer que el sistema de juego funcionara, descuidando el resto de apartados. No los culpo, porque esa estrategia funcionó perfectamente.
En conclusión, System Crash es una rara avis; juegos de cartas hay muchos, pero que sean para un solo jugador y que tengan una línea argumental no tantos. A pesar de su pobre factura en algunos de sus aspectos, en lo más importantes funciona. Con una dificultad que se va incrementando poco a poco, es retante en algunos momentos, y divertido siempre. Si fuese un poco más profundo y variado sería mucho mejor, pero como la aventura es un módulo, espero que en el futuro añadan más. Con todo, es lo suficientemente largo y entretenido, si os gustan las cartas, no os defraudará.
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